Santo Domingo, 23 de diciembre de 2024- En América Latina, la cena de Nochebuena del 24 de diciembre es mucho más que una simple comida, es un ritual que celebra la unión familiar. En muchos hogares, esto es una tradición que va de generación en generación. Cada país, en el ámbito de su gastronomía, lo celebra de manera diferente, creando un abanico cultural que combina sabores y costumbres.
Según el diario mexicano Reforma, en México, la noche se llena del aroma de tamales, bacalao a la vizcaína, romeritos y ponche caliente, mientras las familias se reúnen alrededor del árbol navideño para intercambiar regalos y rezar en honor al nacimiento del Niño Jesús.
Un artículo publicado en el periódico Clarín, en Argentina, afirma que la parrillada y los cortes de carne, como el asado, son protagonistas, acompañados de ensaladas frescas. A medianoche, se brinda con sidra o espumante y se disfrutan los clásicos turrones y pan dulce, mientras el cielo se ilumina con fuegos artificiales.
El diario Universal de Caracas establece que en Venezuela, la hallaca es el platillo estrella, acompañada de pernil, pan de jamón y ensalada de gallina. La familia comparte historias y tradiciones al ritmo de aguinaldos y gaitas
En la República Dominicana, celebramos con cerdo asado, moro de guandules, ensalada rusa y pasteles en hoja. Las mesas se visten de color y sabor, y no faltan dulces y frutas navideñas, como Manzanas, uvas, peras, así como nueces, pasas, gomitas y bombones, entre otros.
En todos los rincones de América Latina, la Nochebuena es un momento para agradecer a Dios la oportunidad de poder disfrutar en familia ese hermoso momento. Muchas veces no importa lo que esté sobre la mesa para compartir, lo importante y lo que hace especial ese momento, es la alegría de estar juntos.
